miércoles, 16 de enero de 2008

Tierras desconocidas


Lago Suchitlán, Suchitoto

El Salvador, pueblo de origen pipil; tierra de montañas, lagos y volcanes. Desde cualquier punto panorámico que se contemple, en el paisaje del país predominan los volcanes.

El Salvador, pueblo de origen pipil; tierra de bosques tropicales donde el guarumo, el amate, el chilamate, el conacaste, el cedro y la inconfundible ceiba deslumbran con sus frondosas copas y follajes.

El Salvador, pueblo de origen pipil; un país de montañas, lagos y volcanes, un país de bosques tropicales, pero lastimosamente un país poco conocido en la esfera internacional.

En América Latina comunmente se confunde a Suiza con Suecia y a Austria con Australia, en Europa a El Salvador se le confunde con Ecuador o más frecuentemente con Salvador de la Bahía en Brasil. En Europa, hablar con el ciudadano común sobre El Salvador es como hablar de una isla perdida en el más remoto rincón de la tierra.

El Salvador, he aquí un poco de tu historia:

A la llegada de los españoles, el territorio salvadoreño estuvo poblado por los pipiles. La palabra pipil es un término nahuat proveniente de Pipiltzin que significa noble, señor o principe, aunque también se deriba de Pipiltoton que de acuerdo a la Monografía de El Salvador de Roque Dalton significa niño, denominado asi porque su lengua (un nahuat en t) los hacía parecer de habla aniñada ante los indios mexicanos que hablaron un fuerte nahuat en tl.

Durante la época de la colonia, al territorio dominado por los pipiles se le conocía con el nombre de Cuzcatlán que significa "Tierra de cosas preciosas". El Señorío de Cuscatlán fue fundado por los pipiles alrededor del año 1200 y se extendió desde el Río Paz hasta el Río Lempa.

Luego de la conquista, en 1525 los hermanos Alvarado fundaron en el Señorío de Cuzcatlán la Villa de San Salvador, la cual, se convierte posteriormente en alcaldía mayor. Al emitirse el 12 de junio de 1824 la primera constitución política del país, queda cosntituído el Estado de El Salvador, tomando el nombre del ayuntamiento o alcaldía mayor de San Salvador.

El nombre San Salvador tiene sus raíces muchos años atrás. En 1456 Juán Corvino Hungady (principe de Transilvania) derrotó a las tropas musulmanas en Belgrado, la victoria significó, detener el avance y penetración de los turcos en los Balcanes. En acción de gracias por esta victoria, el papa valenciano Calixto III (Alfonso Borjia) instituye un año después la celebración del Divino Salvador. A partir de éste hecho, muchos lugares en la Europa cristiana adoptan el nombre "San Salvador" y muchas iglesias adoptan como patrono al Divino Salvador del Mundo.

El Salvador, tierra desconocida he aquí tu fotografía hecha poema:


POST CARD
Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes.
Pero no vengas a él
mejor quedas en casa
Nada de mi país te gustará. Los lirios no flotan sobre el agua.
Las muchachas no se parecen a las muchachas de calendarios.
El hotel de montaña se cuela como una regadera.
Y el sol ¡ah, el sol! si te descuidas te comemos en fritanga.
Los niños y los perros orinan en las puertas de las casas.

Los mendigos roban pan en los hoteles:
puedes morirte de hambre,
puedes morirte de cólera,
nunca de muerte muerte.
Luego los francotiradores, las bombas en los automóviles,
los puentes dinamitados.
Cierra la puerta a las tres de la tarde.

Con dinero no salgas a la calle, no te pongas reloj,
puede salirte un ladrón
y timarte con el premio de la lotería.
¡Ah, y cuida de decir que mi país es una mierda,
te amarraríamos a un poste de la esquina y te violaríamos,
después te sacaríamos las tripas de una cuchillada!
Cuida que no te coja un cambio de gobierno,
¡Válgame Dios! Mejor quedas en casa.

Pero mi país es tierra de lagos , montañas y volcanes.
Si sales dos kilometros fuera de la ciudad
te encontrarás con tigres y culebras,
con avispas ahorcadoras, escorpiones y arañas.
Es preferible estar en la ciudad
y respirar el humo de los autobuses.
Escuchar el klaxón de los automóviles
o el pregón de los vendedores ambulantes.


Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes.
Pero no vengas a él si deseas conservar la vida.
Puede morderte una culebra
puede comerte un tigre.
Mejor quedas en casa y no gastas ni en hotel ni en avión.
Te sacaríamos los ojos y te los comeríamos.
O una bomba, una bala perdida, una flor con dinamita.
Y tus huesos comidos por las hormigas...
Y tus huesos comidos...
Y tus huesos... Y tus... Y...


(Poema original del escritor y novelista salvadoreño Manlio Argueta)














































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